sábado, 29 de octubre de 2011

CAPITULO 18


(Tu nombre) pasó el resto de la sesión de fotos en un estado de aturdimiento. Había hecho todo lo que Jason le había dicho, desde primeros planos de Bill y ella mostrando el anillo con la amatista hasta dibujos de los posibles diseños de las alianzas. Todos parecían satisfechos, incluso Jason, que decidió que la sesión había concluido y permitió que los miembros del equipo se marcharan a comer antes de la hora.

-No puedo creer que ya hayamos acabado -comentó (Tu nombre) en voz baja.

-Yo nunca había trabajado tanto sin hacer nada -dijo Bill-. Ya hemos acabado en esta sección. Esta tarde seguiremos haciendo fotos en el departamento de muebles.

-Es cierto. ¿A qué hora tengo que volver?

-¿Adónde vas?

-A cualquier sitio que no sea éste. Al menos por un rato.

-Te sentirás mejor después de comer. Vamos.

-Dijiste que tenías una cita para comer.

-Es cierto. Contigo. Subamos al restaurante.

(Tu nombre) dudó.

-¿Se habrán llevado ya la ropa? Porque si sigue allí, no quiero verla otra vez.

-Estoy seguro de que se la habrán llevado. Aunque si prefieres que vayamos a otro sitio...

-Sí, por favor. Algún sitio donde podamos hablar.

-Creo que no me gusta eso -dijo Bill tomándola por el codo y guiándola fuera de la joyería. asaron la librería y bajaron la escalera mecánica hasta una de las entradas-. ¿Te parece bien alguno de los restaurantes del centro comercial?

-De acuerdo. Me apetece un sándwich o un gran batido de fresas y plátano.

-Pues entonces tomaremos un sándwich -dijo Bill-. Ahora dime, ¿qué es lo que pasa?

-Deberías haberme advertido de algunas cosas.

Él se quedó sorprendido.

-Lo has hecho muy bien.

(Tu nombre) abrió la boca para, decir algo, pero se lo pensó mejor. ¿Para qué reconocer que estaba enfadada? Eso sólo le traería problemas. Si le decía que estaba molesta por todos aquellos besos y abrazos frente a la cámara, él podía sospechar que se debía a motivos personales y no a su falta de experiencia como modelo. Podía pensar que se sentía incómoda con él y eso era ridículo. No, era mejor no darle motivos para pensar eso. En cualquier caso, ya se habían dado el primer beso, por lo que lo peor había pasado y ya no tenía nada que temer. A partir de ese momento, todo sería más fácil.

Sí, se dijo, lo peor ya había pasado. Aunque tenía que reconocer que los besos no habían estado mal. De hecho, si no hubiera sido por todo lo que había alrededor, el público y las cámaras, los habría disfrutado. Los besos de Bill habían despertado sensaciones que creía dormidas.

No podía permitir que eso hiciera cambiar su comportamiento. Ya en una ocasión había creído que, si un hombre se mostraba encantador, era porque la amaba. Había creído que Pete la quería, pero lo cierto era que se había aprovechado de ella. No, no estaba dispuesta a que volviera a sucederle y lo primero que tenía que hacer era mostrarle a Bill que sus besos no tenían ningún efecto en ella.

-Gracias -dijo ella cortés-. Me alegro de que te lo parezca. Por cierto, ¿qué problema tiene Jason? Llevo doce años en el mundo de los negocios y no había conocido a nadie que pusiera tantas pegas trabajando.

-Siempre había pensado que cuando mi padre se jubilara, él se haría cargo de todo.

-Así que está molesto porque no es el gran jefe, ¿no? Me sorprende que no lo hayas despedido.

-No puedo. Es primo mío.

-Apuesto a que también es accionista y se pasa el día detrás de ti discutiendo.

-Lo tengo siempre pegado a mí. ¿Un sándwich, verdad? -dijo Bill sujetando una silla para que se sentara-. Quédate aquí mientras yo voy a pedirlo.

La silla era incómoda, pero aún así (Tu nombre) se reclinó en el respaldo para aliviar el dolor de su espalda después de haber pasado toda la mañana de pie. Se quitó uno de los zapatos de tacón y lo frotó contra el otro pie. Aunque trataba de pasar desapercibida, un joven que estaba sentado en una mesa cercana la miraba con interés. Estaba tomando café mientras los dos niños que estaban sentados junto a él comían.

Bill regresó con una bandeja.

-No sabía qué querías de beber. Al menos está frío.

-Espero que sea pegajoso. Hazme el favor de echárselo por la cabeza a ese hombre de ahí.

-¿Cuál? -preguntó Bill mirando alrededor-. ¿El que está con unos niños?

-Sí, y cuyo anillo de casado brilla desde la distancia -respondió (Tu nombre), y de repente recordó en incidente en el bar con Joe-. No importa. No quiero que haya una pelea en un centro comercial por mi culpa.

-Da igual. Al fin y al cabo, este traje ya está estropeado -dijo Bill mirando al hombre y saludándolo con la mano-. Enseguida vuelvo.

-No, de verdad, no vayas. No pasa nada -dijo (Tu nombre) agarrando su brazo y tratando de cambiar de conversación-. Por cierto, lo correcto por mi parte sería reponerte el traje, pero como no puedo pagar un traje como éste, yo... -de pronto, (Tu nombre) se detuvo-. ¿Acabas de saludar al hombre que me estaba observando?

-Sí. Y no te estaba observando. Tan sólo estaba mirando con quién estoy yo.

-De eso ya me había dado cuenta -dijo (Tu nombre) secamente.

-Es el presidente del consejo de mi mayor rival.

-¿El presidente de Tyler-Royale está comiendo en un centro comercial?

-¿Y por qué no? Yo también lo estoy haciendo. Además, él tiene una buena excusa.

-¿Te refieres a los niños?

-Sí. Sin embargo, mi compañía es...

-Una mujer que se está comportando como una niña. Tienes razón. ¿He de ser amable con él?

-Por supuesto. Aquí viene -dijo Bill y se puso de pie-. Ross, me alegro de verte. Quiero presentarte a mi prometida.

Aquella palabra sonó extraña al oírla de sus labios. (Tu nombre) se imaginó que debía de ser la primera vez que la pronunciaba ante alguien que no fuera alguno de sus empleados. No le extrañaba que le pareciera rara; a ella también se lo parecía. Fuera de Kaulitzwells parecía más seria, más real.

BUENO HASTA AQUÍ SE LAS DEJO XDD MÑN SUBIRE CAP. ASÍ QUE ATENTAS, YA QUE ES FIN DE SEMANA LARGO!!!! :DD COMENTE QUE ESO ME SUBE EL ANIMO

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