CAPITULO 8

-¿Quién iba a saber que tú también estarías en ello? Estoy harta de trabajar para otros. Quiero poder elegir los proyectos y tener mi propio ritmo de trabajo.

-Tener un negocio propio no es tan sencillo como parece.

-Es mejor que tener un jefe con el que no congenias. Me ayudarás a montar mi propio negocio y después de que rompamos nuestro compromiso, los almacenes Kaulitzwells me encargarán el diseño de un nuevo logotipo.

-Espera un momento.

-Eso será una muestra de que rompemos de mutuo acuerdo y que seguimos siendo amigos a pesar de que la boda no se haya celebrado. Entonces, me recomendarás a otras compañías con las que trabajas y así estaremos en paz.

-Eso es chantaje.

-No, son negocios. Lo tomas o lo dejas.

-¿Y si lo dejo?

-No hay inconveniente por mi parte -dijo (Tu nombre) encogiéndose de hombros-. Estoy segura de que encontrarás a alguna mujer que esté dispuesta a hacerse pasar por tu prometida y se muestre más entusiasmada con la idea que yo.

Tenía razón, pensó Bill. El caso era que cualquier otra estaría demasiado entusiasmada.

-Quizá alguna de las amigas de Caroline esté dispuesta a ayudarte. Dave podría redactar un contrato para evitar que pueda demandarte cuando la dejes.

-Si accedo a crear una empresa contigo, espero algo más que alguna aparición pública ocasional -le advirtió Bill.

-¿De veras? ¿Qué tienes pensado? ¿Que tenga un hijo tuyo?

Bill sintió que se le secaba la boca al oír aquel comentario.

-Que el cielo nos libre de tener una versión de ti en miniatura -dijo él.

(Tu nombre) sonrió.

-¿Sabes? Lo mismo estaba pensando de ti. Bill Patrick Kaulitz cuarto. ¡Pobre niño!

Bill decidió ignorarla.

-Si voy a invertir una importante cantidad de dinero en crear una empresa para ti, vas a tener que estar a mi disposición cuando te necesite. No quiero que nada se nos escape de las manos, ni que te pillen en una situación comprometida con otro hombre.

-¿Quieres decir que puedo hacer lo que quiera siempre y cuando no me pillen?

-Maldita sea, (Tu nombre).

-No te preocupes, recuerda que a mí tampoco me gustan los compromisos. No hay nadie en mi vida y eso de momento no va a cambiar. Estaré muy ocupada con mi nuevo negocio como para perder el tiempo buscando un hombre.

-Está bien, trato hecho -dijo Bill extendiendo la mano.

Ella dudó unos segundos y por fin se la estrechó firmemente. Bill se estremeció al sentir el roce de su mano. Era ridículo, se dijo. Ella había aceptado los términos del acuerdo. 0 más bien, había sido ella la que los había establecido. Todo había quedado muy claro.

Era un acuerdo sin riesgos. Pero entonces, ¿por qué se sentía así?

Bueno aquí les dejo los capítulos 7 y 8, espero que les guste y ver comentarios, porque eso me incentiva a subir los siguientes capítulos, si como lo escucharon. están escritos, lo único que pido es que comenten y subiré los capítulos, mientras mas comenten mas pronto los subiré.Tambiien quiero agradecer a las chikas que han comentado.