miércoles, 12 de octubre de 2011

CAPITULO 9



La intención de (tu nombre) era no aceptar el acuerdo. La propuesta que Bill le había hecho era estúpida y la única manera que había encontrado de hacérselo ver había sido proponerle un trato absurdo, convencida de que él no aceptaría.



Durante unos segundos, cuando él había extendido la mano para estrechar la suya en señal de aceptación del trato, había estado a punto de echarse atrás y aceptar el ofrecimiento que él le había hecho de ayudarla a encontrar un empleo.


Pero todos los argumentos que (tu nombre) le había dado habían sido ciertos. Si él estaba dispuesto a crear un empleo para ella, entonces era mejor que se asegurara que era algo que le gustara. A pesar de sus méritos, sabía que si Bill obligaba a alguien a contratarla, esa persona nunca llegaría a confiar plenamente en sus posibilidades. Si eso ocurría, las condiciones laborales acabarían siendo tan malas como las que había sufrido antes de irse a vivir a la buhardilla.

Y una vez que Bill le hubiera encontrado un empleo, él ya habría cumplido su parte del trato y no tendría más que hacer por ella, al contrario que ella, que tendría que mantener su promesa durante varios meses.

Había tenido una tercera opción más, aparte de aceptar el trabajo o crear su propio negocio y que habría sido la más sensata: rechazar su oferta. Pero no lo había hecho. Había aceptado fingir durante los próximos tres meses que era su prometida.

¿Qué demonios le había pasado? Tenía que haber salido corriendo de allí y no haber permitido que don Elegante la convenciera para cerrar el trato. Era justo lo último que necesitaba en aquel momento: otro hombre guapo aprovechando la situación.

No, pensó. Esta vez sería diferente. Esta vez sería ella la que sacara ventaja de la situación.

De pronto oyó el sonido de unas voces acercándose y se dio cuenta de que estaba allí parada en mitad de la cocina estrechando la mano de Bill. No había oído la puerta del despacho de Dave abrirse y rápidamente soltó la mano de Bill. Pero ya era tarde. Dave los había visto.

-¿Ya habéis llegado a un acuerdo? Eso está bien. Enseguida prepararé el contrato.

-¿Contrato? ¿Como si fuera un acuerdo prematrimonial? -dijo (Tu nombre). Bill la miró con el ceño fruncido-. Está bien.

-Será un contrato sencillo -continuó Dave-. Me alegro de que podamos ayudarte -añadió mirando a Bill.

-¿Cómo que podamos? -dijo (Tu nombre)-. A menos que tú también asistas a actos sociales y muestres tu mejor cara, no creo que tu contribución en todo esto sea tan personal como...

-Hablando de actos sociales -intervino Caroline-. ¿Darás una fiesta por el compromiso de tu hermana?

-No se me había ocurrido, pero creo que no -respondió Dave.

(Tu nombre) se tranquilizó. Al menos su hermano no había perdido la cabeza.

-Entonces, la organizaré yo -dijo Caroline-. ¿No te importa, verdad (Tu nombre)? Sé que este tipo de fiestas las suelen organizar los amigos y no la familia, pero ¿acaso hay alguna norma acerca de las fiestas de compromiso?

¿Estaba hablando en serio? ¿Acaso se le había olvidado que el compromiso era falso? ¿0 es que Bill le iba a ocultar la verdad a su hermana?

(Tu nombre) decidió tomarse aquello con tranquilidad.
-Ya que vamos a comprar todo lo que una pareja que va a casarse necesita, lo primero que deberíamos hacer es comprar un libro sobre el protocolo de las bodas.

Caroline sonrió.

-Me duele al sonreír -dijo llevándose la mano a la herida del labio-. Creo que es una buena idea. Todas las novias deberían tener uno de esos libros a mano. Lo vamos a pasar muy bien. Veo que (Tu nombre) piensa en todo.

-Sí -dijo Bill-. Ya me he dado cuenta de lo creativa que es cuando quiere.

-Empezaré a organizar la fiesta -dijo Caroline-. Creo que para el fin de semana mis heridas habrán desaparecido, ¿no os parece?


(Tu nombre) se preguntó si sería la primera vez que Caroline tenía aquel tipo de heridas y de repente se sintió egoísta por pensar únicamente en el impacto que el compromiso matrimonial tendría en su vida. Si durante el tiempo que durara aquella farsa, podía hacer más agradable la vida de Caroline y hacerle olvidar la ruptura de su compromiso, al menos no sentiría que estaba chantajeado a Bill Kaulitz al obligarlo a montar un negocio para ella.



Todavía estaba confusa. ¿Cómo se había dejado convencer? ¿Y por qué? Desde luego que no era para ayudar a Caroline, a la que apenas conocía, ni a Bill, que ni tan siquiera le gustaba.


-Es fantástico -dijo Caroline-. Todo está saliendo mejor de lo que esperábamos. Hace tan sólo un par de horas, pensé que lo había echado todo a perder, pero ahora estoy convencida de que saldrá todo a la perfección.



Bill miró su reloj.

-Caroline, ¿has tomado una decisión respecto al fiscal del distrito?

-Iré a hablar con él y presentaré cargos -respondió y respiró hondo.

-Bien -dijo Bill. Había un tono amable en su voz que (Tu nombre) no había percibido hasta aquel momento-. Estaré a tu lado en esto -y, girándose hacia (Tu nombre), añadió-: Te recogeré a las seis y revisaremos todos los detalles para que estés preparada para mañana.

-Muchas gracias por preguntarme si estoy disponible esta tarde -murmuró irónica-. Quizá debería hacerme a la idea de que esperas que tus órdenes se cumplan a rajatabla.

-La otra opción que tenemos es no preparar nada y dejar que todos piensen que hemos estado muy ocupados haciendo el amor y que apenas hemos tenido tiempo para hablar.

(Tu nombre) se dio cuenta de que su hermano estaba conteniendo la risa.

-Está bien. A las seis es buena hora.

-Eso me parecía -murmuró Bill.

Molesta, (Tu nombre) no estaba dispuesta a darse por vencida.

-Ahora, será mejor que te pongas a trabajar cuanto antes -dijo ella-. No olvides que tienes que conseguir todo el dinero que puedas para mantenerme.


HOLA. ESPERO QUE LES ALLA GUSTADO EL CAPITULO XD, GRACIAS POR SUS COMENTARIOS. BUENO YA ME TENGO QUE IR AL LICEO BUENO SI VEO COMENTARIOS A LA TARDE SUBO

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