-¿Qué te trae de vuelta a la ciudad, (Tu nombre)? Dave no estará
enfermo, ¿no?
-No, Joe. Dave está bien.
-Hace tiempo que no lo veo. Lo último que supe de ti es que estabas
en San Francisco con Pete Willis.
(Tu nombre) trató de mantener la calma, pero tuvo que hacer un
esfuerzo.
-Eso ya es agua pasada.
-¿Pete y tú habéis cortado? Entonces, deja que te invite a una
cerveza y así nos pondremos al día. Debe de hacer un año desde la última vez
que nos vimos.
-Esta noche está conmigo -dijo Bill apareciendo por detrás de Joe.
-No veo ninguna señal de que esté comprometida ni ningún anillo en
su dedo.
-Vuelve a comprobarlo mañana y te sorprenderás -dijo Bill
interponiéndose entre aquel hombre y (Tu nombre).
-Hasta luego, Joe -se despidió (Tu nombre), y tomó el vaso de té
helado. Por unos momentos consideró vaciarlo sobre la cabeza de Bill, pero
después de todo se había sentido aliviada de escapar de Joe. Además, Bill no
era quién para decirle con quién podía hablar y con quién no-. ¿Quieres decirme
de qué iba eso?
-Ese hombre estaba flirteando contigo.
-Tan sólo me estaba preguntando cómo estaba.
-¿Quién es Pete Willis?
-¿Es eso lo que te molesta? Era mi jefe en San Francisco. No es
alguien de quién tengas que preocuparte.
-¿Seguro que no aparecerá con intención de volver a contratarte?
-No en esta vida -respondió (Tu nombre) con seguridad-. Acabemos cuanto
antes con lo nuestro antes de que Joe se tome otra cerveza y decida medir sus
fuerzas contigo.
-¿Quién crees que saldría peor parado? ¿Él o yo? -preguntó Bill
interesado.
-Ninguno. No quiero que Dave tenga que ocuparse de sacar a todo el
mundo de la cárcel, porque me tocaría a mí preparar todo el papeleo. Háblame de
la campaña publicitaria.
-El departamento de publicidad está organizando de nuevo las
sesiones fotográficas, ya que la campaña ya había comenzado con Caroline y
Corbin.
-Corbin -repitió (Tu nombre)-. ¡Qué nombre tan extraño!
-Como él. La idea es hacer todas las fotografías seguidas
independientemente del orden en que aparezcan en los anuncios. Mañana haremos
las fotografías con el anillo de compromiso, ya que esas corren prisa. Será el
primer anuncio que aparezca y hay que hacerlo cuanto antes. Después haremos las
de la ropa de casa y las de los muebles, ya que están en la misma sección de
los almacenes.
-Hace años que no voy a Kaulitzwells.
-Claro. Todas nuestras tiendas están en Chicago y tú acabas de
llegar de la costa oeste.
-Sí -dijo (Tu nombre) lentamente. Lo cierto es que prefería comprar en
los almacenes de la competencia, pero no quería decirle la verdad. Era el tipo
de información que uno nunca daría en una entrevista de trabajo, se dijo. Y
aquello no era diferente.
-Tendremos que empezar temprano -advirtió Bill-. Todavía hay que
preparar muchas cosas. Estamos empezando desde cero contigo.
-Será mejor que sonrías cuando digas eso.
Bill suspiró.
-No dejo de meter la pata, ¿verdad? A lo que me refiero es que la
ropa que se había elegido para Caroline, seguramente no te servirá. Además,
habrá que pensar en los peinados y en el maquillaje.
Una mujer se acercó y dejó una pizza sobre la mesa sin decir
palabra. Bill se quedó sorprendido.
-¿Hemos pedido esto?
-Sí, más o menos. Cada vez que vengo, sólo tengo que hacerle un
gesto a Jessie para que me traiga una -explicó (Tu nombre) mientras partía un
trozo-. Pruébala, es la mejor pizza de la ciudad. Y ya que has mencionado a
Caroline, ella sabe que todo esto del compromiso es falso, ¿verdad?
-Por supuesto.
-Parece una mujer muy romántica. No hablaba en serio de la fiesta
de compromiso, ¿no?
-Claro que sí. El mejor modo de que todo esto sea creíble para
todo el mundo, es comportarse como si fuera real. Caroline organizando una
fiesta, Dave haciendo un brindis,... todo eso le da un toque de realidad -dijo
Bill tomando un trozo de pizza-. Ahora, pongámonos manos a la obra. Cuéntame
todo lo que tengo que saber sobre mi futura esposa.
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