sábado, 15 de octubre de 2011

CAPITULO 11


-¿Qué te trae de vuelta a la ciudad, (Tu nombre)? Dave no estará enfermo, ¿no?

-No, Joe. Dave está bien.

-Hace tiempo que no lo veo. Lo último que supe de ti es que estabas en San Francisco con Pete Willis.

(Tu nombre) trató de mantener la calma, pero tuvo que hacer un esfuerzo.

-Eso ya es agua pasada.

-¿Pete y tú habéis cortado? Entonces, deja que te invite a una cerveza y así nos pondremos al día. Debe de hacer un año desde la última vez que nos vimos.

-Esta noche está conmigo -dijo Bill apareciendo por detrás de Joe.

-No veo ninguna señal de que esté comprometida ni ningún anillo en su dedo.

-Vuelve a comprobarlo mañana y te sorprenderás -dijo Bill interponiéndose entre aquel hombre y (Tu nombre).

-Hasta luego, Joe -se despidió (Tu nombre), y tomó el vaso de té helado. Por unos momentos consideró vaciarlo sobre la cabeza de Bill, pero después de todo se había sentido aliviada de escapar de Joe. Además, Bill no era quién para decirle con quién podía hablar y con quién no-. ¿Quieres decirme de qué iba eso?

-Ese hombre estaba flirteando contigo.

-Tan sólo me estaba preguntando cómo estaba.

-¿Quién es Pete Willis?

-¿Es eso lo que te molesta? Era mi jefe en San Francisco. No es alguien de quién tengas que preocuparte.

-¿Seguro que no aparecerá con intención de volver a contratarte?

-No en esta vida -respondió (Tu nombre) con seguridad-. Acabemos cuanto antes con lo nuestro antes de que Joe se tome otra cerveza y decida medir sus fuerzas contigo.

-¿Quién crees que saldría peor parado? ¿Él o yo? -preguntó Bill interesado.

-Ninguno. No quiero que Dave tenga que ocuparse de sacar a todo el mundo de la cárcel, porque me tocaría a mí preparar todo el papeleo. Háblame de la campaña publicitaria.

-El departamento de publicidad está organizando de nuevo las sesiones fotográficas, ya que la campaña ya había comenzado con Caroline y Corbin.

-Corbin -repitió (Tu nombre)-. ¡Qué nombre tan extraño!

-Como él. La idea es hacer todas las fotografías seguidas independientemente del orden en que aparezcan en los anuncios. Mañana haremos las fotografías con el anillo de compromiso, ya que esas corren prisa. Será el primer anuncio que aparezca y hay que hacerlo cuanto antes. Después haremos las de la ropa de casa y las de los muebles, ya que están en la misma sección de los almacenes.

-Hace años que no voy a Kaulitzwells.

-Claro. Todas nuestras tiendas están en Chicago y tú acabas de llegar de la costa oeste.

-Sí -dijo (Tu nombre) lentamente. Lo cierto es que prefería comprar en los almacenes de la competencia, pero no quería decirle la verdad. Era el tipo de información que uno nunca daría en una entrevista de trabajo, se dijo. Y aquello no era diferente.

-Tendremos que empezar temprano -advirtió Bill-. Todavía hay que preparar muchas cosas. Estamos empezando desde cero contigo.

-Será mejor que sonrías cuando digas eso.

Bill suspiró.

-No dejo de meter la pata, ¿verdad? A lo que me refiero es que la ropa que se había elegido para Caroline, seguramente no te servirá. Además, habrá que pensar en los peinados y en el maquillaje.

Una mujer se acercó y dejó una pizza sobre la mesa sin decir palabra. Bill se quedó sorprendido.

-¿Hemos pedido esto?

-Sí, más o menos. Cada vez que vengo, sólo tengo que hacerle un gesto a Jessie para que me traiga una -explicó (Tu nombre) mientras partía un trozo-. Pruébala, es la mejor pizza de la ciudad. Y ya que has mencionado a Caroline, ella sabe que todo esto del compromiso es falso, ¿verdad?

-Por supuesto.

-Parece una mujer muy romántica. No hablaba en serio de la fiesta de compromiso, ¿no?

-Claro que sí. El mejor modo de que todo esto sea creíble para todo el mundo, es comportarse como si fuera real. Caroline organizando una fiesta, Dave haciendo un brindis,... todo eso le da un toque de realidad -dijo Bill tomando un trozo de pizza-. Ahora, pongámonos manos a la obra. Cuéntame todo lo que tengo que saber sobre mi futura esposa.

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