PDT: CHIKAS ANTES QUE TODO QUIERO AGRADECERLES POR SUS COMENT TANTO POR CAP Y POR EL CHAT, OTRA COSA CHIKAS ESTE FIC, NO ES MIO YO SOLO LO SUBO LOS CAP NADA MAS, QUE QUEDE CLARO QUE NO ES MIO, PORQUE YO NO LO ESCRIBÍ.
BUENO ESO ERA TODO AHORITA LES SUBE EL SIGUIENTE CAP XD POR NO HABERLES SUBIDO DESDE.......... BUENO NO ME ACUERDO, PERO AQUÍ LES SIGO POR DECIRLO ASÍ, EL ´´MARABILL`` ^.^ Y ESPERO COMENT POR CADA CAP XDD (QUE MALA SOY *o*)
1
El apartamento de Bill estaba en uno de los edificios más lujosos
y exclusivos de Chicago y ocupaba casi una planta completa. Desde las enormes
ventanas del salón, se divisaban las luces de la ciudad.
-Estás en tu casa -dijo Bill-. Suelo tener la nevera vacía, pero
abajo hay un supermercado y he oído rumores de que sirven a domicilio.
-¿Rumores? ¿Sabes dónde puedo conseguir una botella de leche?
-¿Para qué iba a querer una botella de leche? No me doy baños de
leche, lo que me recuerda que el jacuzzi del dormitorio principal está
estropeado.
-No importa, espero no tener ninguna razón para visitar el cuarto
de baño del dormitorio principal -dijo (Tu nombre), dando la espalda a las ventanas.
Si iba a pasar varios días allí, tendría tiempo suficiente de disfrutar de la
vista.
-Claro que lo harás -dijo Bill camino del pasillo-. Sígueme.
(Tu nombre) frunció el ceño y lo siguió.
-¿Qué quieres decir? -preguntó intrigada-. No creo que una casa
como ésta sólo tenga un baño y un dormitorio.
-No, hay dos. Y como buen anfitrión que soy, te voy a ceder mi
habitación con cama grande y cuarto de baño. Yo me iré al cuarto de invitados.
-Me quedaré en el cuarto, de invitados. Estoy acostumbrada a
dormir en un futón.
-Ni hablar. Además, no quiero que te enfades cada vez que te vea
cruzar el pasillo en camisón de camino a la ducha.
-Pues no mires y así no tendremos problemas.
-No sé si podré evitarlo -señaló Bill mirando a (Tu nombre) de arriba
abajo-. ¿Sabes? En el fondo, no es mala idea que estés aquí. Si vamos a elegir
cosas para la casa, será mejor que la conozcas.
-¿Estás seguro de que ha sido idea de Caroline cambiar el suelo
este fin de semana? -preguntó (Tu nombre) con suspicacia.
-Cariño, no estarás sugiriendo que he tenido algo que ver en ello,
¿no?
-¿Puedes jurarlo?
-No -dijo Bill-. Porque si he tenido algo que ver en ello, no ha
sido a sabiendas. Debe de ser culpa de los focos. 0 quizá seas tú la culpable
de que mi cerebro se esté convirtiendo en papilla.
Algún día, una mujer conseguiría hacer su cerebro papilla y
confiaba no estar cerca para verlo. Sería muy triste ver al hombre que siempre
tenía respuesta para todo, que siempre iba un paso por delante, actuando como
un estúpido. Especialmente si esa mujer no lo merecía.
(Tu nombre) desechó esos pensamientos y lo siguió hasta el dormitorio
principal. Era una habitación enorme, con vistas a la parte oeste de la ciudad.
-¿No hay cortinas? -preguntó ella.
-¿Quién podría ver lo que pasa en un piso sesenta y cuatro?
Tenía razón, se dijo (Tu nombre).
-¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?
-Desde que mi padre enfermó y tuve que volver a casa.
-No me has dicho dónde vivías antes.
-En Filadelfia. Hoy han hecho limpieza. Las sábanas y las toallas
están limpias. Si necesitas algo, como un cepillo de dientes...
-No te preocupes, me las arreglaré. Serás la primera persona que
llame si me siento sola, pero no esperes que eso pase.
Él murmuró algo que (Tu nombre) no pudo entender y salió cerrando la
puerta de la habitación. (Tu nombre) estaba segura de que le iba a ser imposible
dormir. Ya habría sido difícil hacerlo en la habitación de invitados con tan
sólo una pared separándolos. Pero allí, en aquella inmensa cama entre las
almohadas que él solía usar y el aroma de su perfume en el aire, ¿cómo iba a
ignorar todo aquello y relajarse?
Sin embargo, al tumbarse sobre el colchón, con la almohada bajo la
mejilla y el agradable aroma a hierbas del perfume de Bill, se quedó dormida
inmediatamente.
El olor a café la despertó. Bill estaba sentado a un lado de la
cama, vestido con el pantalón del pijama, y le ofrecía una taza de café.
-El café es a lo único que prestas atención nada más levantarte.
¡Ah! Que sepas que roncas.
-Claro que no.
-¿Cómo puedes saberlo? Estabas dormida. Por cierto que tienes una
voz muy sensual recién levantada. Ya sé tres cosas sobre ti. Esto se pone
interesante.
(Tu nombre) se incorporó y tomó la taza entre sus manos. -¿Acaso hay
alguna voz femenina que no te resulte sensual por la mañana?
-Sí, la de Caroline, la de mi tía Archie...
-Está bien, déjalo ya.
-¿Quieres comer algo? Puedo llamar a la pastelería de abajo y
pedir que lo suban.
-Sospecho que ya lo has hecho. ¿Has preparado tú el café?
-Sí, es una de las cosas que mejor hago en la cocina.
(Tu nombre) tomó un largo sorbo.
-Sólo por esto, estoy dispuesta a quedarme contigo.
-¿No será eso una amenaza? -preguntó Bill en tono jocoso-. Por
cierto que he descubierto otra cosa sobre ti, hablas en sueños. Y ahora que por
fin te has despertado, ¿quieres leer el periódico? -dijo inclinándose para
recoger el periódico del suelo. Extrajo el suplemento deportivo y se lo dejó a (Tu nombre) sobre el regazo. Luego, se acomodó sobre las almohadas.
-¿Vas a quedarte aquí en la cama a leer?
-A menos que me propongas algo más interesante con lo que empezar
el día, sí. Por cierto, hay una foto tuya en la página de sociedad.
-¿El primer anuncio? -preguntó (Tu nombre), y justo en ese momento
comenzó a sonar el teléfono que había sobre la mesilla de noche-. La pantalla
dice que es Caroline quien llama. No haré ruido y así no sabrá que estoy aquí,
¿de acuerdo?
Bill descolgó el auricular.
-Hola, Caroline. ¿Qué tiempo hace ahí abajo?
-¿Dónde está? -preguntó (Tu nombre) en un susurro.
-En su apartamento, en la planta catorce de este edificio -dijo
Bill-. No, nada Caroline. Es (Tu nombre) que está aquí conmigo y me preguntaba dónde
estabas. Estamos tomando café y leyendo el periódico, tratando de decidir si
nos levantamos ya o nos metemos debajo de las sábanas otra vez -Bill separó el
auricular de su boca y miró con curiosidad a (Tu nombre)-. ¿Por qué estás haciendo
esos extraños ruidos con la boca? Pensé que no ibas a hacer ruido para que
Caroline no supiera que estabas aquí.
Bill sujetó el teléfono con el hombro para poder oír a Caroline a
la vez que leía el suplemento de deportes del periódico y tomaba café. Pero su
atención no estaba en ninguna de las tres cosas. Por el rabillo del ojo estaba
observando a (Tu nombre).
-¿Cómo dices, Caroline? -continuaba Bill en el teléfono-. Ah, la
comida. ¿Dónde ibas a encontrar un cocinero que te permitiera hacer tantos
cambios en el menú el día antes de la fiesta? Bueno, no importa. ¿Quieres
hablar con (Tu nombre)?
(Tu nombre) sacudió la cabeza.
-No hay ningún problema siempre y cuando no sea sushi. No, eso no
lo dice (Tu nombre), lo digo yo. Mira, Caroline, será mejor que nos vayamos o Jason
se enfadará mucho... De acuerdo, nos veremos mañana por la noche -se despidió y
colgó el teléfono-. ¿Sabes, (Tu nombre)? Pareces una serpiente quemándose en una
hoguera.
-Qué curioso que sea precisamente ese reptil el que venga a tu
mente. Pero, ¿acaso tenías que darle tantos detalles?
Bill se encogió de hombros.
-Mi hermana tiene un sexto sentido para estas cosas.
-Me pregunto cómo es eso posible. ¿Quizá porque no es la primera
vez que te llama y te encuentra con una mujer en la cama?
-¿Qué te ocurre? Es sólo Caroline, no se lo va a tomar en serio.
-Se lo tome en serio o no, no necesitamos convencer a Caroline de
que dormimos juntos. De hecho, no me parece una buena idea que crea que lo
hacemos. Y te agradecería que no me trates como a una más de tus amiguitas.
-Créeme, no te pareces en absoluto al resto de mujeres que
conozco.
-Gracias -dijo (Tu nombre). Parecía molesta por aquel comentario.
-Maldita sea. Te lo digo como un cumplido.
-Sí, claro.
-¿Acaso no recuerdas que te dije que no quería comprometerme con
ninguna de ellas aunque fuera una farsa?
-Porque tratarían de convencer a Caroline de que habría algo más
serio entre vosotros.
Bill dudó. No sabía qué respuesta esperaba escuchar (Tu nombre).
-Cierto.
Ninguna de las mujeres en cuestión estaría en su cama en aquel
momento, pensó. Quizá en otro momento por motivos obvios, pero no en aquellas
circunstancias. Si no hubiera sido ella, habría movido el escritorio de la
señora Cusack para que hubiera podido llegar hasta su habitación. Entonces,
¿por qué no lo había hecho?
oooooo yo quiero dormir acurrucada con Bill*O*
ResponderEliminary en la cama de bill con su perfume aaaah
voy al otro capii :DD