sábado, 19 de noviembre de 2011

CAPITULO 26

BUENO AQUÍ LES DEJO EL CAP, SORRY SI AYER NO SUBÍ ESTO ESQUE ESTABA EN UNA REUNIÓN DEL FC Y LLEGUE COMO A LAS 1 DE LA MAÑANA Y LO IBA HA SUBIR, PERO COMO MI PC ES DE ESOS DEL AÑO DEL PI......, SE TARDO MUCHO EN CARGAR Y ME QUEDE DORMIDA. PERO BUENO, AQUÍ SE LOS DEJO Y MAS RATO SUBIRÉ OK, PARA RECOMPENSARLAS DE QUE AYER NO ALLÁ SUBIDO.  TODAVÍA NO SALGO DE CUARTO YA QUE LA GRADUACIÓN SE HARÁ EL 9 DE DICIEMBRE, PERO YA NO IRÉ MAS HA CLASES PORQUE CREO Q TENGO EL AÑO CERRADO, Y SOBRE LO DE MI APODO EN EL LICEO CONCUERDO CONTIGO, Y ME LO PUSIERON POR UNA NOVELA MEXICANA QUE SE LLAMA ´´TERESA`` Y COMO ESE TAMBIEN ES MI NAME, QUEDE COMO ´´HEMBRA MALA`` XD PERO BUENO AHORA CREO QUE YA NO LO SOY YA QUE POR DARLE A UN CHICO CON UNA CINTA DE MEDIR EN SU RETAGUARDIA ME DICEN LA ´´DOÑA`` PERO BUENO A MI ME CAUSA MUCHA GRACIA LOS APODOS XD


PDT: GRACIAS A LAS CHIKAS QUE COMENTAN Y TAMBIEN A LAS QUE COMENTAN EL EL CHAT :D ME HACE FELIZ SABERLO.

Sentada en el sofá, con la bolsa de las compras sobre el regazo, (Tu nombre) apenas podía moverse. Bill le acarició los labios y luego la besó suave y lentamente.

-Por eso me di prisa en irme. Al verte tan amable con Caroline, sentí ganas de... bueno, ya sabes.

-¿Así que el beso que me acabas de dar era de agradecimiento? -dijo (Tu nombre) con voz entrecortada. Le costaba respirar y se sentía confusa. Bill asintió con la cabeza. No había motivo para sentirse decepcionada. Había sido un beso de gratitud-. Me alegro de que lo hayamos aclarado. Además, todos anoche conocíamos la verdad de nuestro compromiso matrimonial y no había que disimular -continuó (Tu nombre), y se levantó del sofá-. Nos vemos dentro de un rato en la sección del hogar, ¿no?

Él la siguió hasta la puerta.

-Espera un momento, (Tu nombre) -dijo Bill antes de que ella girara el picaporte-. No te he dicho toda la verdad.

Ella se giró.

-¿Qué parte de lo que me has contado no es cierta?

-Precisamente lo que no te he dicho. No ha sido sólo el que fueras amable lo que me incitó a besarte -contestó Bill. (Tu nombre) sintió que el corazón comenzaba a latirle con fuerza-. Tampoco te quería besar del modo en que acabo de hacerlo. Lo que quería era...

Bill apoyó las manos en la puerta, una a cada lado de (Tu nombre). Ella no podía hacer nada por alejarse, salvo golpearlo con la bolsa de sus compras. Lo mejor que podía hacer era dejarle acabar de hablar, asentir sonriendo y salir de allí. Pero Bill inclinó la cabeza y la besó lentamente. El único punto que los unía era el roce de sus labios y (Tu nombre) se estremeció por el suave, cálido y profundo beso.

-Eso es lo que quería hacer -susurró él.

-Entiendo -consiguió decir (Tu nombre)-. Y ¿por qué no lo hiciste?

-Porque Dave se habría enfadado, aunque no es asunto suyo. Hagamos un trato: ambos somos adultos. Si quieres, podemos cerrar la puerta con llave y volver al sofá.

¿Estaba sugiriendo que hicieran el amor allí mismo en su oficina? ¿Con la secretaria al otro lado de la puerta y Jason esperándoles en el piso de abajo, en la sección del hogar?

(Tu nombre) estaba sorprendida por aquella proposición, por aquel acercamiento. Si pensara que hablaba en serio, estaría horrorizada. Pero, ¿qué le estaba pasando? Ya había pasado por todo aquello antes y se había propuesto no volver a sucumbir a los encantos masculinos. No estaba dispuesta a complicarse la vida con una idea tan absurda. Sorprendida, vio cómo se soltaba la corbata del mismo intenso color azul que sus ojos y se desabrochaba el primer botón de la camisa. En una ocasión le había dicho que el quitarse la corbata era una señal de que se acercaba el peligro y, obviamente era cierto, aunque fuera un extraño peligro.

-Entiendo -dijo (Tu nombre) finalmente-. Ya que estamos confesando ciertas cosas, tengo que admitir que yo tampoco te he dicho toda la verdad.

-¿De veras? -preguntó Bill sin mostrar demasiado interés-. ¿Qué parte de lo que me has contado no es cierta?

-Precisamente lo que no te he dicho -dijo (Tu nombre), repitiendo las palabras que él había pronunciado anteriormente-. Los calcetines estaban en rebajas.

-¿Calcetines?

-¿No te habrás olvidado de los calcetines? Es increíble que no haya nadie dispuesto a comprarse unos calcetines amarillos, ¿verdad?

-Creo que la única respuesta posible es no.

-Eres muy intuitivo, Bill.

-Al menos de momento.

(Tu nombre) no supo qué decir.

-Nos vemos en la sección del hogar -se despidió al cabo de unos segundos.

Fuera del despacho, una vez lo perdió de vista, se detuvo junto a la pared y suspiró aliviada. No se arrepentía de haber rechazado su proposición. Pero en el fondo, una voz en su interior la llamó mentirosa.

(Tu nombre) apenas tardó unos segundos en ponerse el vestido rojo de ante que había encontrado en el departamento de ropa femenina y enseguida se dirigió al de artículos del hogar. Mientras preparaban las cámaras, echó un vistazo a las vajillas. Apenas podía reparar en lo que estaba viendo. No podía olvidar la propuesta que Bill le había hecho. Tenía que olvidar lo que había pasado.

De pronto, Jason se acercó a ella con los ojos entrecerrados.

-¿A qué estás jugando?

¿Acaso se habría enterado de la verdad acerca del compromiso? Para darse cuenta de eso no hacía falta ser Sherlock Holmes. Además, él era el creador de aquella idea y había trabajado con Caroline y Corbin. De no haber sido así, el repentino cambio de pareja le habría parecido sospechoso. Aunque Bill no le hubiera dicho la verdad, no le habría costado mucho trabajo darse cuenta. ¿Qué se suponía que tenía que hacer? ¿Tratarlo como un conspirador y ocultarle los detalles o hacerse la ofendida por estar sugiriendo que su compromiso no era en realidad lo que parecía ser?

Optó por hacerse la tonta, confiando en que Bill apareciera en breve.

-No sé a qué te refieres, Jason.

-A esto -dijo sacando un papel del bolsillo y mostrándoselo-. ¿Por qué has solicitado un empleo en mi departamento?

(Tu nombre) reconoció los papeles: era una de las solicitudes que había preparado la noche antes de conocer a Bill y que habían sido enviadas por error. Y, aunque estaba destinada al director de recursos humanos, por algún motivo había ido a parar a manos de Jason.

-¿Es esto algún tipo de trampa para ver qué puedo hacer?

-Claro que no. Me pareció la mejor manera de solicitar un empleo aquí -dijo (Tu nombre). La explicación era estúpida, pero era lo primero que se le había ocurrido-. Me refiero a que tú diriges el departamento de publicidad y...

-Por supuesto, es el único departamento que me han dejado dirigir. No necesito tus sugerencias respecto a los lemas de la campaña, ni tus ideas de cómo hacer las fotos, ni a ti.

-En ese caso, no sé por qué no contratas un par de maniquíes en lugar de dos personas -dijo (Tu nombre)-. Ellos no tendrían inconveniente en pasarse horas posando sonrientes.

-Cámbiate para la sesión.

-Ya lo he hecho.

-¿De veras? ¿De dónde has sacado ese vestido?

-Desde luego que no de Arabella -contestó (Tu nombre) cortante. Él se quedó mirándola sorprendido-. Sospecho que no te gusta. Vamos a tener que esperar a que venga Bill y que sea él quien decida.

-Puede que Bill sea el jefe -dijo Jason-, pero él no sabe nada de publicidad.

-Quizá no sepa nada de publicidad, pero sé reconocer algo bonito cuando lo veo -respondió Bill, apareciendo en aquel momento.

(Tu nombre) se giró y lo vio acercándose por el pasillo. Su traje oscuro destacaba entre las coloridas toallas colocadas en las estanterías que lo rodeaban. No esperaba ese grado de entusiasmo de él y se preguntó si ese vestido no sería después de todo demasiado atrevido. ¿Sería ése el motivo de la reacción de Bill? ¿Cómo se vería en los anuncios? De pronto (Tu nombre) advirtió que el director de publicidad se había marchado.

-Te he traído un capuccino -dijo Bill, y le entregó el vaso-. Me gusta el material del que está hecho tu vestido -afirmó mientras la observaba-. Parece muy suave. ¿Puedo tocarlo?

-No -negó (Tu nombre) con firmeza. Aquello era una continuación de lo que había pasado en su oficina un rato antes-. Si te apetece tocar algo suave, toma una de esas toallas de algodón egipcio.

-¿Son buenas?

-Por el precio, deben de serlo. Claro que, comparándolas con otras tiendas del centro comercial, es posible que el precio sea demasiado elevado.

-Apuesto a que no son tan suaves como tu piel.

-¿Cómo sabes lo suave que es mi piel? Ni siquiera me has tocado.

Él sonrió.

-Eso podemos arreglarlo.

-Dejémoslo como está. Y olvida este absurdo coqueteo. ¿Qué tratas de conseguir con ello?

3 comentarios:

  1. aaaaaaww
    bill es tan coquetoo
    yo no me molesto en que lo hagaa *.*
    aaaw siguee
    pasa a mi blog C:
    http://tuyyo-fernandadkaulitz.blogspot.com

    genial cap.

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  2. me encantoooo..!!!
    que coqueto esta bill jajaja
    sube pronto por fa..!!
    =D

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  3. jakjakajkakjajakaj me rei mucho con lo que dijiste arriba yo vi teresa era muy buena esa hembra es mala esa hembra lalalala no me aucerdo (8) xD en fin tambn veo la doña akajkaja xD con una cinta de medir encerio?? ajkajaajajkajkaj te juro q mori cuando lo lei, yo voy en tercero medio aun me falta un año para cuerto pero siento q no estoy prepara psicologicamente para la universidad, bueno debo estarte aburriendo con este tema sorry u_u

    AMEEE EL CAPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII bill a que quiere llegar ¬¬ maldito pervertido jkajaajajakjakj xD
    porfavoooro ahora q estoy de vacaciones quiero fic q leer y me encanta la tuya podrias subir mas seguidoo pleasee!! :DDD seria feliiiiiiz!!!!! bueno eso gracias adios! "La doña"
    atte... "su nombre es Ale" ;) kajajaaj xD

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